miércoles, 23 de diciembre de 2009

Sobre el buen Bukowski

Hace un momento acabo de escribir un post relacionado a los autores que me han dado algo en que pensar, debido a la naturaleza de sus obras o por el momento específico en que los he leido (lo que suena a lo mismo, pero no es igual; ya que hay lecturas malas que por andar deprimido, exaltado, borracho, etc, te pueden provocar algo, y eso no las hace buenas).

Bukowski es uno de ellos. El buen Charles se ha convertido en un icono de la subcultura, no solo norteamericana, sino mundial. A mi me gusta pensarlo como el estereotipo de los estereotipos, cuando de marginales se trata. Una infancia atroz, instrospectivo joven lector maltratado por su padre, discriminado por ser inmigrante lleno de acné, y ya mayor, un ser desprovisto de la ambición de un mejor trabajo que no sea el de trabajador postal, y de beberse varias pintas de vino barato diarias, en un sucio y pequeño cuarto de hostal.

¿Que tiene de bueno un escritor que comenzó tarde con su carrera literaria (casi a los 40 años), sin ninguna formación literaria formal, sin referencias y con una vida mediocre dedicada al alcoholismo y a la vagancia?

O reformulando la pregunta:

¿Que me agrada de un escritor con esas características?

Precisamente eso.


Hay una frase de Bukowski (O Henry Chinanski, que era su alter ego dentro de sus escritos) que dice: "Si me preocupara sobre lo que le interesa a la gente, nunca escribiría nada". Hace apenas unos días que la leí, de su novela "Hoollywood", y sentí que sintetizaba todo lo que me provocaba la lectura del buen Chinaski.

Escribir sin esperar respuesta, sin público específico. Catarsis pura, provocada por quien sabe cuantas cosas que se haya bebido o embutido. Pocos autores como Bukowski hacen de la vida cotidiana poesía, historia decantada en hojas manchadas de cerveza y cenizas. Como vomitar en una cubeta, o esperar a que pase la resaca con otra tanda de cervezas, sin importar quien te vea con repulsión.

¿Que por qué leo a Bukowski? Porque me recuerda que casi nada es importante en la vida, me ayuda a tener presente que mi estrés, mi trabajo y mi propio mundo interno se merecen un respiro. Que hay mejores cosas que la paz y el buen vivir, que hay un mejor sentido de la vida que el estar sentado tras un escritorio, con la sonrisa de un comercial de pasta dental.

Y eso precisamente es lo que me agrada de Bukowski. No ofrece nada, no deja nada, no permite generar nada. Es lógico que su deseo de vida no es deseo, porque ni de morir tenía ganas. Por eso estaban las putas y el alcohol, sus poemas, el dinero que le daban para leerlos y el alcohol que compraba con su puteo lírico.

Eso es lo que me agrada. Nada importa. "Al final, todos acabaríamos rellenos de basura, como una empanada barata. (C.B.)".

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