martes, 19 de abril de 2011

Senderos

No recuerdo cuando fue,
Ya ni siquiera mis huellas constan
De mi larga caminata, de la terquedad de mi andar.

La insensatez en el bolsillo,
Poco tiempo por delante
Y la paradójica espera de la eternidad.

Poco a poco he sentido
Que la distancia se hace menos,
Y que el camino se rehusa
A dejarme llegar a mi destino
(Si es que lo había).

Escondiéndose bajo mis propios pasos
Asiendo mis piernas, arrastrando mi andar,
Me encuentro yo mismo
Deforme, cansado, solo,
Con la risa cancina del que todo lo ha perdido.

Escondido en el fango seco
De los días febriles y secos,
Acotados en la sequía constante
De ojos que no lloran,
De vidas polvorientas,
De un mundo que se mueve por inercia.

Y rehuyendo mi propia mirada
Me entretengo contando segundos vacíos
Que se refugian entre mis uñas,
Se funden en la piel,
Detienen mi corazón.

En este respiro desesperado
El grito que tanta falta me hace
Se falsea con el tedio
Y se pierfe en el viento de abril
Y se evapora con un sol de plomo
Elevándose hacia la nada,
Perdiéndose en la eternidad de su calor.

Aunque ya desmoronándose
Cada una de mis mitades
Me hace gracia el hecho de que,
Aun con su inmisericorde sadismo,
Solo la oscuridad me da asilo.
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3:58 pm
18/Abril/2011

-l- DevilMaster -l-